#JusticiaParaEsther es un hashtag que pocas personas desconocen, tras la violación y asesinato a la niña Esther, de nueve años, por un vecino cuando su madre salió a vender frutas para mantener a la familia.
El caso movió a todo el país, provocando indignación y rabia. Gracias a la movida en redes sociales y la presión social, las autoridades actuaron rápidamente, se arrestó al agresor, quien fue condenado a la pena máxima de 30 años. Políticas y políticos de todas las corrientes expresaron su indignación y se unieron a una sola voz: no debe haber ninguna Esther más hoy. Pero lo cierto es que hay miles de víctimas como Esther de todas las edades cada año en Bolivia y pocos casos reciben la misma visibilidad. La mayoría queda sin voz.
Hasta julio de esta gestión ya habían sido reportados 70 feminicidios y hasta el 20 de julio, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) registró 13.943 denuncias de casos de violencia familiar y doméstica contra mujeres. Además, en 71 días de cuarentena rígida se produjeron 495 delitos de orden sexual, un promedio de 7 por día.
Se estima un alto porcentaje de subregistro durante la cuarentena, más de lo normal, porque la violencia hacia las mujeres, especialmente la violencia sexual, en muchos casos son acallados, porque los agresores están en el entorno familiar cercano.
Con el estado de encierro obligatorio debido al escenario pandémico que Bolivia afronta, la situación empeoró, porque las mujeres y niñas están 24 horas con los agresores bajo el mismo techo, lo que las ubica en una situación de mayor vulnerabilidad y dificulta su denuncia. Si llegaran a lograr denunciar, no tienen la atención pertinente asegurada.
Lo demuestra el caso de una niña de 14 años que fue abusada sexualmente y cuyos padres se trasladaron de Viacha a El Alto porque no había dónde hacer la denuncia, pero en El Alto la rechazaron también indicando que el caso corresponde a Viacha. Finalmente, solo por el apoyo de todo el barrio lograron que la FELCV de Viacha atienda este caso.
Y todo eso en el 2020, en el año declarado como el “Año de lucha contra el feminicidio y el infanticidio”. ¿Dónde están los avances prometidos?
Janis Greminger
Área de Comunicación