

El 28 de mayo se conmemoró el «Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres». Para recordarlo, haremos alusión al Zika en Bolivia, problemática que ha estado afectando a muchas mujeres en el país. En Bolivia, el 43% de los casos de ZIKA corresponde a mujeres embarazadas que corren el riesgo de que sus hijos tengan microcefalia. En Bolivia se registran hasta el momento 72 casos de zika, todos en Santa Cruz; de ellos, 31 son en gestantes.
A pesar de los altos riesgos reportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas, sobre el virus del Zika y su relación con la salud de las mujeres embarazadas y los posibles nacimientos con microcefalia o síndrome de Guillain-Barré, el Estado Boliviano, a través del Ministerio de Salud, no ha tomado las medidas necesarias para enfrentar la enfermedad y prevenir el contagio y garantizar los derechos de las mujeres. Ambos organismos internacionales instan a los Estados a proveer información, anticonceptivos y servicios de aborto seguro a las mujeres contagiadas por el virus que deseen interrumpir su embarazo. Sin embargo, el Estado no está tomando en cuenta estas recomendaciones, violentando los derechos de las mujeres que no tienen acceso a métodos anticonceptivos, sobre todo las de escasos recursos, quienes tienen las mayores tasas de embarazos no deseados y/o producto del delito de violencia sexual, y son las más expuestas a la transmisión del virus por las condiciones de desigualdad en que viven.
Las consecuencias del virus del Zika incrementan visiblemente la brecha de desigualdad de género, por lo que se necesitan acciones urgentes desde el sistema público de salud y del Estado en su conjunto para que las mujeres ejerzan su derecho a decidir sobre sus cuerpos y su salud sexual y reproductiva y así tomar decisiones informadas para continuar o no con un embarazo.
De acuerdo a la OMS, el mosquito vector del virus de Zika prolifera en los climas cálidos y, sobre todo, en zonas con malas condiciones de vida. Las embarazadas que viven en estas zonas o viajan a ellas corren el mismo riesgo que el resto de la población de infectarse por el virus. Además, la infección materna por el virus de Zika puede pasar desapercibida, ya que muchas personas no presentan síntomas.
Aunque los síntomas que causa esta infección durante el embarazo, cuando aparecen, suelen ser leves, se ha producido un aumento inusual de casos de microcefalia congénita, síndrome de Guillain-Barré y otras complicaciones neurológicas en las zonas donde se han registrado los brotes, suscitando gran preocupación entre las embarazadas y sus familias, así como entre los profesionales sanitarios y las instancias normativas. El virus de Zika es mucho más peligroso en el primer trimestre del embarazo, cuando la mayoría de las células madre se forman, pero también puede ser dañino en el segundo trimestre.
La Microcefalia
El 1 de diciembre de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta sanitaria mundial por la relación entre el virus del zika y malformaciones congénitas, como la microcefalia y el síndrome de Guillain Barré.
La microcefalia es una malformación grave e irreversible que se caracteriza por una talla anormalmente pequeña del cráneo en los recién nacidos y por déficits neurológicos asociados. Si una mujer se contagia de zika en el primer trimestre de gestación e incluso en el segundo trimestre, hay riesgo de que el bebé tenga esa afección.
El síndrome de Guillain Barré es una afección rara que ocurre cuando el sistema de defensa del cuerpo ataca a parte del sistema nervioso periférico. Esto lleva a que se presente inflamación de nervios que ocasiona debilidad muscular o parálisis, y otros síntomas en casos raros y extremos puede ocasionar la muerte.
Acciones urgentes frente al Zika
Los gobiernos tienen la obligación de asegurar que las mujeres y las adolescentes tengan acceso a una gama completa de métodos anticonceptivos asequibles, incluyendo la anticoncepción de emergencia, especialmente para aquellas que viven en condiciones de pobreza, en zonas rurales y áreas periurbanas. Solicitar a las mujeres retrasar su embarazo sin proporcionarles las herramientas para hacerlo es inconcebible.
- Ampliar el acceso a servicios de aborto seguro. En una región con una de las legislaciones más restrictivas a nivel global en materia de aborto, las mujeres tienen el derecho de decidir, acorde a las legislaciones de cada país, la interrupción voluntaria del embarazo y cuándo hacerlo. No sólo durante esta crisis de salud pública, sino siempre.
- Implementar campañas de sensibilización para que las mujeres y las jóvenes accedan a información sobre el virus del Zika que les permita prevenir la presencia de la enfermedad y estar conscientes de los riesgos en que incurren si deciden tener hijos/as.
- Mayor apoyo para las mujeres que deciden continuar con su embarazo y para aquellas que pudiesen tener hijos/as nacidos/as con microcefalia.
- Acceso universal a las pruebas para detectar el virus del Zika en etapas tempranas del embarazo y a las tecnologías diagnósticas para la evaluación fetal.
- Liderar una respuesta coordinada al virus del Zika, a través del involucramiento de actores de diferentes sectores, incluyendo a la sociedad civil.